Yo no sé vosotros, pero mi marido y yo, sólo pensamos en las ansiadas vacaciones que para nosotros este año llegan muy muy tarde. Me imagino tirada en una tumbona de una piscina, mirando de reojo al camarero, con una pulsera de plástico en la mano a lo "todo incluido", y levantando ligeramente la barbilla para que me sirva otro cóctel. Sí queridos míos, barra libre.... (escuchad esas dos palabras melodiosas en vuestras mentes, como os susurran muy despacio, baaarrrraaaa libreeee.....).
Algo así debe sentir mi erizito cuando me ve pasearme en bolas por la habitación. Sí, me paseo en bolas por mi habitación, ¿vosotros os ponéis la ropa antes de coger las bragas del armario?, ah, creía yo....
Me imagino a mi pequeño pirata mirando con fijación y cara de borrachín de taberna mis tetitas. En su pequeña cabecita sonará de forma gloriosa las dos palabras ansiadas, baaarrraaaa libreeeee.
Y es que ese, mis pescaitos, es el significado exacto del tema que os traemos hoy: LACTANCIA MATERNA EXCLUSIVA A DEMANDA.
A ver, que sabemos que sois muy listos, ¿quién me dice qué significa "a demanda"? Exacto, muy bien. "A demanda" quiere decir justamente eso que estáis pensando: BAAARRRAAA LIIIIBREEEE. O lo que es lo mismo, CUANDO QUIERA, LO QUE QUIERA, Y DONDE QUIERA!!
Hago una paradita en este DONDE QUIERA! No caballero, no me voy a meter en un baño público a darle la teta a mi hijo. No voy a taparme ni a taparle a él/ella la carita con una "capa de lactancia", para que sus prudentes ojos no se espanten. ¿Usted si tiene hambre en la calle no se come un paquete de patatas? No hay más palabras señoría.
Y después de este inciso (que harta estoy Zeñó, que haaaartaaa), vamos al tema que hoy nos ocupa. Y es que la lactancia materna exclusiva a demanda, se entiende como esa barra libre donde nuestro bebé come cuando quiere, cuanto quiere y donde quiere. Parece muy fácil verdad?, pues todavía hay quién no se entera del temita.... Pero ojo, que esto no siempre va a ser así.
Este tipo de lactancia es la que llevamos a cabo los primeros seis meses de nuestros gamberrillos. Luego ya la cosa va cambiando, y lo mismo, gamberro y mamá teta llegan a un acuerdo, pero de eso hablaremos en otro post. Vamos a lo que vamos....
¡Cuando quiera yo, mamá, no cuando digas tú! Esto es lo que seguramente nos
dirían los bebés si pudiesen decir lo que sienten y lo que quieren, cuando les
damos de mamar.
Esto
de que un bebé coma cuando quiera, al ritmo que quiera, a la velocidad que él
decida, que tome la cantidad de leche que él desee (y que nosotros no vemos),
que pare, que continúe, que se distraiga, que lo haga de noche, de día, en la
consulta del pediatra, en la tienda de ropa o esperando el autobús, es algo que
hoy día, la sociedad en general no tiene asumido. Esto de que a un bebé, se le
deje, por una sola vez en su vida, tener “barra libre”, es inaudito para
muchos.
¿Qué
pauta deberíamos seguir para conseguir un amamantamiento prolongado y exitoso?
Sólo hay una forma de que la lactancia
materna comience, se instaure para quedarse, permanezca y se prolongue de
forma natural hasta que la diada bebé/madre así lo deseen. Es seguir los
instintos básicos por los que se rigen los bebés para alimentarse. Es decir, ofertarle
el pecho cuando lo deseen y sin límite en la duración de las tetadas.
¿Y
si me recomiendan que le dé un pecho cada 10 minutos?
Estas
pautas llevan, más pronto que tarde, al abandono prematuro de la lactancia.
Muchas madres ven malogrados sus intentos de experimentar una lactancia
prolongada y feliz (aunque luego, a escondidas, le ofreciesen la teta a su bebé
cuando él lo pedía).
Hoy
día se sabe que un bebé, si se le deja, es capaz de alimentarse de forma
adecuada sin ningún tipo de horario.
Las
pautas rígidas llevan indefectiblemente a que el pecho no se vacíe bien, con
los consiguientes problemas de ingurgitación, obstrucción y mastitis. Así como
a la introducción precoz de leches artificiales y abandono de la lactancia.
¿Pero
esto significa en cualquier momento y lugar, de día y de noche?
Pues
sí. Hay que ver el amamantamiento
como un acto puro de amor, un acto de nutrir a nuestros hijos. Si apartamos las
miradas externas que quizá ven en este acto algo diferente a lo que es, no
tendremos ningún reparo en comprender que la
teta es aquí y ahora. El bebé es el que manda. Necesitan el contacto físico
estrecho, estar marsupializados y por ende comer con frecuencia. Esta fase se
llama exterogestación. El recién
nacido necesita sentirse in útero, sentir el calor de su madres, sus latidos.
Debemos vivirlo con total naturalidad e intensidad.
Muchas
personas creen que los bebés que maman por la noche están malacostumbrados y
que no duermen porque se les deja mamar de noche. Todos los bebés se despiertan
por la noche hasta edades muy avanzadas y siempre pedirán algo a cambio. O bien
la teta, o bien un abrazo. El destete nocturno no conlleva “dormir de un tirón”
toda la noche. Por otra parte las tomas nocturnas aseguran una secreción
potente de prolactina. Es la hormona productora de leche en la mama y por lo
tanto aseguran tener un amamantamiento prolongado.
¿Este
patrón de amamantamiento va cambiando con el paso del tiempo?
Este
comportamiento a demanda, cambia. En
los primeros meses, el llamado bebé “garrapata” permanecerá anclado a
esa teta que lo comunica directamente con el interior de su madre. No habrá
nada más. Con el paso del tiempo, el lactante mayor, sigue mamando a demanda,
pero usa esa teta como colchón, como salvavidas. Le calma sus
miedos y sus ansias. Lo hará en cualquier lugar, diciendo ¡mama, teti, teti!
Y aquí la madre es cuando ya podrá comenzar a negociar si puede atenderle en
ese momento o tendrá que esperar. Será ahora un ¡Cuando digas tú, negociando los dos!
La
demanda sigue existiendo y funcionando a medida que el bebé va creciendo. Cuando
se introduce la alimentación
complementaria, sobre los 6 meses,
la teta debe seguir siendo el alimento base del bebé al menos hasta el primer
año de vida. Puede seguir mamando lo que quiera, las veces que quiera,
independientemente de la comida sólida que sea capaz de tomar y que
curiosamente, deberá ser también ¡a demanda!!!
Y
qué curioso, amamantar a un bebé a
demanda también disminuye el riesgo de obesidad futura.
Así que ya sabéis, BARRA LIBRE!! Y que una mirada idiota no os chafe ese momento tan chulo!!
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